Despiertos en las sombras de horas avanzadas
inquietos y deformes los sentidos afloran,
llevando en sus adentros desazón y tormentas
pasos de soledades, madrugadas eternas.
Afuera oscuridades que pesan y doblegan,
los vientos que en las ramas aullan doloridos,
dejan ecos profundos que taladran el alma.
Y las horas avanzan y el reloj es testigo,
de angustias y de sue;os, de imagenes que giran,
siluetas que se pierden por lejanos caminos
viejos soplos de vida, mueren lentos y fríos.
Palabras con acentos, hoy apenas audibles,
murmullos que se pierden en frases inconclusas,
pasos que hoy ya caminan vereda inaccesible
quimeras arrojadas, molestas y difusas.
Luces que en la memoria, caen desmadejadas,
rostros sombríos que vagan por nublados senderos,
trazos desdibujados, entre borrosas lineas,
conciertos inaudibles de grillos y desvelos.
Mas, a pesar de ocasos, que limitan y apagan,
se pueblan las campi;as, de rosas y de calma
renace entre las sombras con renovados bríos
la voz que muy adentro, disfrazada de sol viene y me salva.