Era un amanecer cálido, lleno de luz, de una luz limpia y diáfana como pocas había visto en su vida, abrió las cortinas con una gran alegría, llena de animo, un animo que en los últimos años había decaído por el suelo, pero hoy, hoy era distinto, se le veía contenta con unos bríos que espantaban hasta el desanimo mas profundo.
Con paso firme se dirigió a la cocina, busco su taza preferida y se preparo un café...negro y cargado, tenia la sensación de que ese día seria inolvidable para ella, la poca familia que le quedaba ya, su hijo y sus dos nietos recién recordaron que ella existía.
Marcela era una mujer bajita rebasando los 70, su pelo color plata recogido con elegancia sobre su nuca, y con mucho aun por dar a los demás, por desgracia el destino la tenia reducida a esa inclemente soledad, que hacia sus días grises y melancólicos y el correr del tiempo largo y despiadado en esa casa fría y silenciosa, que se había convertido en una isla solitaria desde que cada uno tomo su camino, sin recordar que quedo ahí esperando por un poco de calor y compañía.
Dejando sus cavilaciones a un lado, enfilo sus pasos al fresco corredor donde se dejaban ver una maceta tras otra, geranios, hortensias, tulipanes y variadas rosas alegraban la vista, el cuidado de sus plantas y sus flores era una de las actividades que la habían mantenido viva y quería que estas lucieran verdes y sus flores coloridas y fragantes.
Saco el ´polvo, cambio manteles, se dispuso a usar ese día sus mejores galas. A medio día, cuando el sol se yergue abrazador sobre la casa se dispone a cocinar los mas deliciosos manjares para obsequiar a sus visitas.
La vida canta a su alrededor, puertas y ventanas abiertas a la luz del sol, para que entre el silbido del viento y se lleve con su fuerza las horas de lágrimas y silencios, que el canto de las aves que a pleno día lanzan su sinfonía de voces matizadas y melodiosas, entren y se queden en las paredes como un eco edificante que le fortalezca el alma.
Su corazón danzaba en latidos desbordados de una gran felicidad. Cuando hubo terminado de disponerlo todo, lanzo un ultimo vistazo, todo muy bien, la casa limpia y ordenada bañada en luz, la comida lista, el mejor mantel sobre la meza y los cubiertos dispuestos para ser usados.
Salio a la fresca terracita desde donde se divisaba claramente la puerta de entrada, se sentó en su mecedora y llena de jubilo espero.
Débiles y serenos se despiden los últimos rayos de luz, el día muere inevitablemente. Marcela abre lentamente sus ojos, trata de abarcar con su mirada todo en derredor, una lágrima tibia y resignada resbala por su rostro al darse cuenta de su realidad...fue solo un sueño, lindo maravilloso...pero sueño al fin. Sintiendo todo el peso del mundo en sus espaladas arrastra sus pasos despacio, muy despacio y su lánguida figura se pierde en el interior de esa casa, cuya puerta se cierra una vez mas, cual si fuera la losa de una tumba.
Una triste realidad mi querida Betty, la soledad.
ResponderEliminarhas hecho una bella descripción, Mi madre vivía sola, yo monja de clausura sin poderla ver. Ella me contaba esa soledad.
Un día, me dieron permiso para ir a verla, pues estaba enferma, y al poner yo la lleve en la cerradura, su corazón saltó de alegría sin saber por que. Alguien, entraba en su solitaria vida.
Gracias.
Con ternura
Sor.Cecilia
bellas palabras
ResponderEliminarlleno de imágenes y emociones;;
Que bonito escribes.
ResponderEliminarya sabes cual es mi blog te agradezco que lo hayas visitado y comentado.
Si quieres podemos hacernos seguidoras.
Besitos.
Hola Beatriz, ¡profunda y real situación la que escrbes!.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, pues la soledad no es buena para nadie. Y sí, en ocasiones, en contadas ocasiones, una persona se cree que es irreal lo que vive, que no es así; pero la realidad hace que dicha ilusión se desvanezca, y se viva la cruel realidad.
Besos desde el alma. Rosa.
cuantas y cuantos transitan por sus paredes y sus puertas se hacen lápida cada día
ResponderEliminardibujas con tus palabras una realidad que aplasta
un abrazo y feliz fin de semana
La casa viva descrita por tu personaje, logra una evocadora situación en la que podemos reconocernos muchas personas. Algunas quizá sólo en momentos vivan así y otras es su cotidianidad;Viven con la ausencia tomada de la mano de la soledad. La narrativa nos ofrece también en sus expresiones una mirada al lado oscuro de nuestra persona.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esos casos son difíciles. Ancianos en el olvido, muy cruel a mi manera de verlo, como es cruel tener un sueño lindo y darte cuenta que es solo un sueño.
ResponderEliminarSaludos.
Hola amiga, que triste es llegar a la ancianidad y estar sola, acompañada solamente de recuerdos y sueños que no se haran realidad. Cuidate.
ResponderEliminarhola querida amiga no podia entrar uf ...gracias por tu visita te deseo feliz domingo
ResponderEliminarbesos
Marina
UNA HISTORIA TRISTE PERO MUY COTIDIANA EN NUESTRA GENERACION
ResponderEliminarBESITOS
La soledad, solitaria compañera de personas ancianas que lo han dado todo por los demás y su premio es mecerse en solos mirando el cielo y haciendo continuos monólogos. No nos damos cuenta que la vida es una cadena y los eslavones se pueden repetir en claridad y benevolencia o en soberbia y despotismo.
ResponderEliminarPrecioso Relata, magistralmente relatado.
¡¡¡Gracias!!! Por estar siempre ahí y por tu Comentario.
Un abrazo y besos.
mil gracias querida y admirada poetisa por emocionar nuestros sentimientos con la suprema belleza y sensibilidad de tus letras. Muchos besinos de esta amiga admiradora con todo mi cariño.
ResponderEliminarQue triste historia Betty, pero tan real...y tan bien descrita.
ResponderEliminarLa soledad mata. No es una opinión sino un dato objetivo.
En lo que va de año más de 80 personas mayores han fallecido solas en su domicilio.
En algunos casos estar acompañados no habría cambiado el triste final, pero en otros, su muerte podría haberse evitado.
La soledad es uno de los problemas más serios en la vejez
y lo triste es que no pensamos que a nosotros también nos va a tocar,y entonces...
Un enorme abrazo guapa.
Linda história...
ResponderEliminarCheia de sentimentos intensos e verdadeiros...
Beijos
Ani
Es un relato fuerte que nos muestra la cara de la soledad, esa quietud tan silente que nos ensordece... Miles de personas mayores la viven a pesar de tener familia.
ResponderEliminarExiste mucha indiferencia.
Besitos
conmovedor relato Betty, la soledad es en ocasiones muy triste y más si se trata de personas ancianas, que necesitan de más cuidado y compañía.
ResponderEliminarcomo siempre fue muy grato leerte amiga.
Te dejo un abrazo.
Betty, tu historia me ha entristecido.
ResponderEliminarYo soy voluntaria en una residencia de ancianos y veo cada día en los ojos de mis abuelillos, la tristeza de la soledad, no la soledad física, sino esa otra soledad, la que duele en el alma.
Un beso querida.
Un relato tan duro cómo real......cuanta gente vive sufriendo a causa de la soledad que le impone su destino. Hay quien la sabe llevar y la afronta lo mejor que puede pero hay casos realmente tristes y dramáticos. Besotes
ResponderEliminarCuanta soledad y tristeza hay en la vida de Marcela.Ni siquiera sus perfumadas y coloridas flores llenan esa falta de cariño y compañía.Solo le queda esperar y confiar en que volverá a compartir con alegría con los suyos.Recordar otros tiempos, quizá pueda animarla.
ResponderEliminarMe ha conmovido y me ha dejado pensativa tu relato, mi querida amiga.
Gracias por tus lindas palabras.Me alegra saber que te agrada mi sencilla poesía, Betty.
Amiga,que tengas una bonita semana, llena de luz.
ResponderEliminarUn abrazo cariñoso.
Triste realidad que llegadas a avanzadas edades viven muchas personas.Marcela sabía perfectamente lo que era la soledad, maravillosa manera de transmitirnos su sentir.Un desgarrador grito silencioso.
ResponderEliminarUn fuerte Abrazo.
:)
ResponderEliminarCuando la soledad acecha sin medida, solo queda aferrarse a los sueños y recuerdos, para no terminar ahogados en el vacío o morir en vida.
ResponderEliminarUna muy triste realidad.
Abrazos alados, querida Betty.
De vez en cuando viene bien depurar y no cargar más lo innecesario.
ResponderEliminarAbrazo.
Un relato que emociona y una triste realidad que muchos viven!!
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo Betty y buena semana
que tristeza, y que bien escrito he quedado desolada, cuantas personas viven así...
ResponderEliminarsaludos querida amiga
Tremendooooooooo
ResponderEliminarDios mío, cuanto dolor.
Abrazos de siempre Betty
Cuantos ancianos viven esa triste soledad que cuentas hoy, y si son pobres peor. Es la realidad contada por tus sensibles letras.
ResponderEliminarBesos Betty y se feliz!
Sentir todo el peso sobre las espaldas, resulta agotador y a veces nos hace sentirnos culpables. Por eso tratar de soltar lastre es terriblemente liberador
ResponderEliminarVivir con esa carga debe ser muy difìcil. Me ha gustado mucho tu entrada.
ResponderEliminarun abrazo
fus
En realidad somos con los otros, pero no por los otros... allí parece estar el punto...
ResponderEliminarPaz&Amor
Isaac
Hola Betty, al parecer la noticia de Islandia es cierta, pero al ser un país de pocos habitantes no lo han dicho los medios de comunicación tal como merecería.
ResponderEliminarGracias por tu aporte.
Con ternura
Sor.Cecilia
A veces los recuerdos y los sueños sirven de bálsamo, nos regalan ese momento magico que tanto se desea cuando la realidad es cruda.
ResponderEliminarhermoso relato, me atrapó.
Un beso
La soledad es muy triste y lo se por esperiencia
ResponderEliminarte deseo feliz jueves y te dejo min agrade3cimiento por tus bonitas palabras para mi
brsosssssssssssssssss
Marina
Hola Betty: hay ancianos que viven esa triste soledad que cuentas, y si son pobres lo pasan peor. Gracias por tu compartir.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola querida amiga
ResponderEliminarTe dejo mi huellita de hoy con mi cariño de siempre.
Besitos
Que tengas bonito dia.
Cariños miles.
Betty,gracias por tu presencia siempre,amiga.
ResponderEliminarMe ha impactado la ternura,la claridad y la sencillez,que has puesto en el relato.Un relato,que nos toca poco a poco el corazón y nos deja una mirada profunda y llena de amor hacia esa mujer,que espera siempre y de vez en cuando,la vida le regala un sueño.
Mi felicitación y mi abrazo inmenso por tu amor a las letras y tu buen hacer.
M.Jesús
Bello relato Betty, atrapas al lector de principio a fin. Buen fin de semana, un abrazo amiga
ResponderEliminarGracias Betty, hermoso texto lleno de sueños y soledad
ResponderEliminarque padecen muchas personas. Lo importante es la Esperanza
que nunca nos debe faltar.Recemos por tantas personas que
padecen esta soledad.
Me ha gustado mucho como esta narrado...¡ exquisito! ¡Enhorabuena amiga.
Un fuerte abrazo. Dios te bendiga.
Hola mi querida amiga, es una gran alegria llegar hasta ti y saludarte, muchisimo tiempo que no nos saludamos hoy tengo esete ratito de alegria para visitar a mis amigas.Besos enormes de luz y paz querida amiga.Escribes increiblemente bello.
ResponderEliminartriste relato betty, la soledad es muy cruel y en el caso de los ancianos es a menudo una injusticia
ResponderEliminargracias por tu visita y amable comentario y por tu compañia
un abrazo
joan
Un relato que conmueve y emociona. La soledad es un padecimiento de muchos. Y los sueños maravillosos dejan de serlo al despertar. Muy bien logrado este relato. Saludos cordiales
ResponderEliminarUn relato plago de realidad de muchas personas, es lamentable que muchas veces olvidamos nuestros origenes sin recordar que sin estos seres maravillosos no tendriamos hijos a quien amar, muy conmovedor relato, gracias por compartirlo, saludos estelares desde mi querida Guatemala
ResponderEliminarAquí la protagonista nos acerca a esa realidad presente...ella ama, sonríe y espera. la vida pasa, las horas pasan... pero a pesar de su inmensa soledad, tiene bellos recuerdos.
ResponderEliminarForman parte de la vida donde esa soledad es la más fiel compañera.
Precioso relato Betty.
Abrazos
Te dejo mi siempre abrazo, Betty
ResponderEliminar